Esta entrada se hace necesaria tras la polémica suscitada por la entrada anterior, en la que el prestigioso científico, tras recrear las condiciones en su acelerador de partículas de Villaobispo, concluyó que los ponis y los anacardos serían los únicos supervivientes. En efecto, tras numerosos experimentos he comprobado que tras los meteoritos sólo alguien instalado en un bunquer antimeteoritos podría haber sobrevivido, pero esto merece una explicación.
Cuando las hordas de ponis se hicieron demasiado numerosas, los altos mandos del ejército anacárdico fascista, huyendo del zumo tóxico, se refugiaron en poderosos bunqueres con suficientes provisiones para pasar allí miles de años en estado latente, no olvidemos que son simples frutos secos, no necesitan gran cosa para vivir. ¿Qué ocurrió con las espantosas piñas? En efecto, se extinguieron, al igual que los manterizos y los cocos, pero ¿y los ponis?¿cómo es posible que sobreviviesen si no tienen la más mínima inteligencia, ni bunqueres ni nada? Aquí está el enigma, me ha costado años de estudio llegar a esta conclusión pero allá va: la respuesta es simple, los ponis no sobrevivieron, se extinguieron pero lo que ocurrió es que la vida volvió a surgir de cero en el agua y lo primero que se generaron fueron minúsculas células procariontes con forma de poni, al parecer los ponis son las estructuras biológicas mejor adaptadas a la vida en la Tierra, evolucionaron hasta transformarse en lo que describía mi compañero en la anterior entrada, no ponemos en duda el rigor de los experimentos pero creo que hacía falta un poco más de información.
test
Hace 5 años
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