Tras el interesantísimo artículo publicado por nuestros colegas sobre la evolución lunar, volvamos ahora al lejano planeta de las terneras captadoras de helio. Como recordareis habían mandado un osobuco espía a la Tierra que había recabado toda la información existente en el planeta, pues bien, las terneras, hartas de la ferrea dictadura a la que las somete la gran vaca sagrada, deciden huir a través del agujero espacio-temporal, armadas de ranas dardo con las que pretenden exterminar a los ponis y fundar en la Tierra una nueva civilización. Contra todo pronóstico las ranas dardo en lugar de resultar tremendamente tóxicas para los ponis comienzan a juguetear con ellos y entonar alegres canciones. Los ponis establecen una alianza simbiótica con las ranas dardo a las que alimentan con su zumo de moras a cambio de su amistad incondicional. Los ponis, armados con ranas dardo, son prácticamente indestructibles. Comienza una época feliz para los ponis, un nuevo imperio ponístico. Mientras tanto las terneras captadoras de helio, exhaustas y fracasadas emprenden el regreso.
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